jueves, 23 de septiembre de 2010

Bernardo O'Higgins

Primeros años

Nació en Chillán Viejo,1 hijo de Ambrosio O'Higgins, irlandés al servicio de la corona española, Intendente de Concepción, luego Gobernador de Chile y posteriormente Virrey del Perú y de Isabel Riquelme, mujer de ascendencia vasca.2 A los cuatro años, es sacado de la casa materna por orden de Ambrosio y llevado a Talca, a la casa del comerciante Juan Albano Pereira.3
Bernardo se educa primeramente Chillán en el Colegio de Naturales (ya que en un principio no había sido reconocido por su padre; es conocido como "Bernardo Riquelme"), donde aprendió a hablar mapudungun, debido a que sus compañeros eran los hijos de caciques, luego en el Colegio del Príncipe en Lima. Luego viajó a Europa, primero a Cádiz donde residió en varias ocasiones en la casa del primer conde de Maule y después a Londres, donde estudió en el colegio de Richmond. Su vida en Europa, según relatan sus cartas, fue muy sufrida, estando incluso a punto de morir cuando lo atacó la fiebre amarilla en Sanlúcar de Barrameda. El conde de Maule fue quizás el único que supo acogerlo.4
Es en Inglaterra en donde conoce a su mentor, el venezolano Francisco de Miranda, idealista e independentista, quien le señala el camino para la emancipación de la América Española. Esta entrevista es crucial en el futuro de O´Higgins.5
Regresó a Cádiz en 1799, no logrando adoptar la carrera militar que deseaba.6 El 3 de abril de 1800 se embarca en la fragata "Confianza" con dirección a Buenos Aires para regresar a Chile, pero ésta es capturada por una nave de guerra británica, debiendo regresar a Cádiz. Su padre Ambrosio estaba enfermo y esperaba su llegada a Chile.
En diciembre de 1801 se embarcó una vez más hacia Chile y estuvo a punto de naufragar en Tierra del Fuego. Llegó a Chile finalmente en 1802. Al año siguiente se le puso en disposición de sus bienes, heredando de su padre, muerto en 1801, la hacienda San José de Las Canteras, de 16.689 cuadras y más de 4.000 cabezas de ganado, ubicada 20 km al oriente de la ciudad de Los Ángeles, en la cual amplió las plantaciones y los cultivos, mejoró la calidad del ganado y construyó una magnífica casa señorial, llamándose desde ahí Bernardo O'Higgins. De cuando en cuando viajaba a Concepción, donde se quedaba por algunas temporadas. En 1806, acudió puntualmente al Cabildo de Chillán, para ser su Procurador, y defender los intereses de ese pueblo, ante el Intendente de la Provincia de Concepción Luis de Álava (1795-1810).
En 1806 fue elegido Subdelegado de la Isla de la Laja, capital Los Ángeles, cargo que reemplazaba a los antiguos Corregidores o Gobernadores Municipales, a finales de 1809 pasa a ser el primer Alcalde Republicano de la villa de Los Ángeles y Teniente Coronel, segundo Jefe, del Regimiento Nº 2 de milicias de la Isla de la Laja Los Ángeles, y por aclamación popular, en acta del 10 de enero de 1810, fue elegido diputado por el Partido de Isla de la Laja de Los Ángeles, al primer Congreso Nacional de Chile.
Por lo anteriormente descrito se puede señalar que, los ojos de Bernardo O’Higgins se abrieron a la luz de la vida al sur de Chillán Viejo, que fue educado hasta los 4 años en esa localidad, luego Talca, y en su juventud en el extranjero, pero que, en la actual Provincia de Biobío, capital Los Ángeles, se hizo hombre, se formó como agricultor, administrativo, político y militar.

Inicios de la Independencia

Al ocurrir el cabildo abierto del 18 de septiembre de 1810 y la posterior instauración de la junta de gobierno, O'Higgins era Subdelegado de la Isla de La Laja. Era amigo cercano de Juan Martínez de Rozas, el principal líder de la junta de gobierno, y antes de la partida de Rozas a la capital, O’Higgins le insistió en la necesidad de establecer la libertad de comercio y convocar a un congreso nacional, para que el pueblo tomara interés en la insurrección.7 Fue electo diputado por Los Ángeles (Chile) al primer Congreso Nacional de Chile,8 siendo partidario del grupo más radical de los que apoyaban la causa de la independencia. El 24 de junio junto a otros 12 diputados, lanzan una protesta a la junta de gobierno y renuncian a sus cargos,9 en un movimiento que intenta mover a una revolución estancada por la supremacía de los moderados en el congreso. Los poderes de diputados de O’Higgins son posteriormente ratificados por los vecinos de Los Ángeles,10 así que cuando el congreso fue purgado por José Miguel Carrera de numerosos elementos realistas, O’Higgins volvió a ejercer como diputado, destacándose por su propuesta de ley de establecer cementerios en Chile, recuperando una fracasada iniciativa de su padre, aunque esta no llegó a prosperar tampoco en 1811.


Batalla de El Roble.
No obstante su importante labor como diputado, O’Higgins se encontraba bastante enfermo para viajar a Santiago (Chile), por lo que faltó a muchas sesiones, dedicándose a sus labores de Agricultor y comerciante en su Hacienda Las Canteras, en las cercanías de Los Ángeles. Cuando Carrera dio un segundo golpe de estado para iniciar un gobierno personalista, O’Higgins fue llamado para integrar una junta de gobierno, junto con Carrera y José Gaspar Marín. Junto con este último, renunció el 3 de diciembre en protesta por el nuevo golpe de estado de Carrera, que suspendió el congreso e instauró una dictadura, regresando O'Higgins a su hacienda de Las Canteras.
En 1813, con motivo del arribo de la primera expedición realista en Chile, comandada por el Brigadier Antonio Pareja, decidió dejar su retiro, reuniendo milicianos de la Laja y comandándolos a Concepción, ciudad que se creía manejada por los realistas.11 Tras recibir un mensaje que le ordenaba dispersar sus tropas, desconfiado, se dirigió a Talca, en donde se reunió con Carrera, colocándose a sus órdenes.12
Carrera le ordenó que se dirigiese a Linares para interceptar el paso al comandante español Melchor Carvajal que se dirigía a Talca. Logró vencer a los dragones de Carvajal en la plaza de Linares, acto que fue una de las primeras victorias chilenas de la independencia, por lo que se le ascendió a coronel del ejército por la Junta Gubernativa de Santiago. Para esa fecha la figura de O´Higgins hacía sombra a la de Carrera.
Tras varias escaramuzas victoriosas, O'Higgins se dirigió al sitio de Chillán, que resultó en un desastre para los patriotas, aunque combatió con un valor temerario que le hizo famoso entre los soldados. Como forma de venganza por su apoyo a la independencia, los realistas quemaron las casas de su hacienda, talaron sus campos y tomaron prisioneras a su madre y hermana, que después serían canjeadas por la esposa del general Sánchez, y a través del Tratado de Lircay, que reconocía a la Corona de España, como la autoridad.
El 17 de octubre, en el valle de El Roble, O'Higgins y sus hombres fueron atacados por soldados realistas. En el fragor de la batalla O’Higgins lanza su famosa frase:
"¡A mí Muchachos! ¡Vivir con honor o morir con gloria! ¡el que sea valiente que me siga!".13
Inclusive tras ser herido con un balazo, continúa luchando hasta que la situación obliga a la retirada. José Miguel Carrera reconocería el heroísmo de O'Higgins, escribiendo en el parte de la batalla:
No puedo dejar en silencio el justo elogio que tan dignamente se merece el citado O'Higgins, a quien debe contar V. E. por el primer soldado, capaz en sí solo de reconcentrar y unir heroicamente el mérito de glorias y triunfos del Estado Chileno
José Miguel Carrera, Parte oficial de la batalla de El Roble 25 de octubre de 1813

Bernardo O'Higgins General en Jefe

Bernardo O'Higgins, óleo de Gil de Castro.
Durante el proceso de Independencia de Chile, luego del desembarco de las tropas realistas en Talcahuano, y del fracaso del cerco de Chillán, la Junta de Gobierno de Santiago se trasladó a Talca y nombró a O’Higgins general en Jefe, deponiendo por tanto a Carrera.
O’Higgins se resistió tres meses a aceptar el mando; sólo cuando Carrera se resignase y se retirase a Concepción aceptaría tomar el mando el 28 de enero de 1814.14 A sólo dos días de haber asumido desembarcaría una nueva expedición española, dirigida por Gabino Gaínza, con más recursos que la expedición de Pareja
Los realistas toman Concepción y Talca. Aunque se envia una fuerza expedicionaria que resulta victoriosabatallas de El Quilo y el Membrillar ambas partes se encontraban cansadas especialmente los patriotas y querían un canje de prisioneros entre los que estaban Jose Miguel Carrera, la madre y la hermana de O'higgins por lo que se suscribe el Tratado de Lircay coartado por el secuestro de sus familiares, en que se reconoce la “legitimidad del coloniaje”. O’Higgins perdió gran parte de su reputación por esta capitulación.
Carrera se niega a aceptar tal situación y con el apoyo del presbítero Julián Uribe da un cuartelazo, derribando el gobierno del Director Supremo Francisco de Lastra y retomando el mando en el Ejército. El 29 de julio de 1814 se celebraban en Talca un cabildo abierto15 y otra junta de guerra que acordaron desconocer al nuevo gobierno y deponerlo por las armas. O’Higgins marcha hacia la capital, combatiendo contra las fuerzas de Carrera dirigidas por su hermano Luis Carrera en la Batalla de las Tres Acequias (26 de agosto de 1814), que resultó en una derrota para O’Higgins.16
Con la llegada de una nueva expedición española al mando de Mariano Osorio, Carrera y O’Higgins se reconcilian, poniéndose este último bajo las órdenes del primero.17
El Desastre de Rancagua

Artículo principal: Desastre de Rancagua
Para enfrentar a los realistas O’Higgins eligió ocupar Rancagua, contrariando a José Miguel Carrera que veía más oportuno ocupar la Angostura de Paine. El 25 de septiembre de 1814 O’Higgins fortificaba todos los accesos de la plaza.
El 1 de octubre, con 4.500 realistas y dieciocho cañones, más del doble de fuerzas que sus enemigos, Osorio se presentó frente a Rancagua. No existió posibilidad de contactar las divisiones que comandaban Juan José Carrera y José María Benavente, por lo que O’Higgins decidió refugiarse en la villa. Se apostaron en las cuatro calles que desembocan en la plaza cañones atrincherados. Tras un primer intento fallido de tomar la plaza, Osorio decide bombardear las trincheras y asaltar las cuatro trincheras simultáneamente. Sin embargo los patriotas resistieron hasta el anochecer, cuando la oscuridad terminó con la lucha, aunque ya sin agua pues los realistas cortaron la acequia que vertía agua en la ciudad.
El 2 de octubre la batalla continuó ferozmente, los patriotas habían resistido ya seis embestidas desde el inicio de la batalla, pero estaban casi deshechos. En un último intento por salvar a los sobrevivientes, O’Higgins y sus soldados se lanzaron a la carga abriéndose paso a través de las líneas enemigas, en el denominado Desastre de Rancagua.18
Monte a caballo el que pueda. ¡Nos abriremos paso a través del enemigo!
Una vez ganada la batalla, O'Higgins hizo suyo un voto hecho por el pueblo a la Virgen del Carmen de que si se ganara la batalla se construiría un templo en su honor, dando origen a la Capilla de la Victoria, predecesora del actual Templo Votivo de Maipú, mediante Decreto del 7 de mayo de 1818.19
O'Higgins se consagró a la organización de la Primera Escuadra Nacional, para asegurar la soberanía de Chile y del resto de América, pues estas naves participarían de la Expedición Libertadora del Perú. El 20 de agosto de 1820, su natalicio, O’Higgins despediría a la escuadra libertadora desde Valparaíso, que navegaba al Perú a cargo del General José de San Martín. Toda esta colaboración se llevó a cabo después de una seria reflexión, ya que tras rechazar al Libertador general argentino José de San Martín para apoyar la Campaña Libertadora hacia el Perú, comprendió finalmente que de no apoyar a San Martín, la suerte de la independencia de Chile corría peligro. Posteriormente O'Higgins negó nuevamente su auxilio a San Martín para el perfeccionamiento de sus planes del Sur del Perú, cristalizados en la desastrosa expedición a Intermedios.
La guerra en el sur no había concluido, debiendo enfrentarse a la nueva amenaza de las montoneras, en especial la liderada por el bandido realista Vicente Benavides.
En materia política, proclamó dos cartas fundamentales, la Constitución de 1818 y la Constitución de 1823, con él como director supremo y con un congreso bicameral, con cámara de diputados y de senadores.
Entre sus obras destacan la creación de la Escuela Militar, destinada a la preparación de la oficialidad para el Ejército de Chile; la creación de la Academia de Guardiamarinas el 4 de agosto de 1818, que hoy es la Escuela Naval, organización del mercado de abastos, difundió el uso de la vacuna antivariólica y creación de la Junta médica nacional, reabrió el Instituto y la Biblioteca Nacional, transformó el basural de La Cañada en la Alameda de las Delicias (hoy Alameda Bernardo O'Higgins), mejoró el alumbrado público, terminó el Canal del Maipo; fundó las ciudades de Vicuña, San Bernardo y La Unión, e inició las construcciones de una capilla donde hoy se encuentra el Templo Votivo de Nuestra Señora del Carmen en Maipú.
Gobernó en forma autocrática durante los seis años siguientes, bajo un marco legal hecho a su medida; las decisiones tomadas por O'Higgins trajeron como consecuencia la enemistad declarada y furibunda del clero realista (encabezada por el Obispo de Santiago, José Rodríguez Zorrilla) y de los terratenientes aristócratas, que veían amenazado su poder legado desde la época de la Colonia.
Su gobierno se vio oscurecido por una serie de "crímenes de estado" de los que se le inculpó, tales como el asesinato en Tiltil de Manuel Rodríguez por orden de Bernardo de Monteagudo , el fusilamiento en Mendoza de Luis y Juan José Carrera por el intento de golpe en la ciudad y posteriormente José Miguel Carrera debido a sus montoneras en Argentina, son hechos que hacen cada vez más impopular la gestión de O'Higgins a la cabeza del país y que, a la postre, marcaría el inicio del fin de su gobierno.
La situación económica del país no marchaba bien, y para mayores desgracias el 19 de noviembre de 1822 un terremoto azotó la zona central del país. Buscando una solución a los problemas financieros, en 1822 manda a Antonio José de Irisarri para contratar un empréstito en Inglaterra de 1.000.000 de libras, obtenido tras arduas negociaciones.
El descontento hacia su gobierno se va haciendo progresivamente mayor, la nueva Constitución de 1822 es vista por la opinión pública como un intento desesperado por aferrarse al poder, y provoca el levantamiento de las provincias dirigido por Ramón Freire. Pese a que cuenta con tropas leales y con los saldos del empréstito inglés, desea evitar una inminente guerra civil, por lo cual renuncia el 28 de enero de 1823, entregando el mando la autoridad que designase el pueblo de Santiago, nombrándose una junta de tres personas.


Abdicación de Bernardo O'Higgins.
Leída el acta, O'Higgins tomó juramento a los miembros de la junta y les hizo entrega del mando, pronunciando la siguiente arenga:
Siento no depositar esta insignia ante la asamblea nacional, de quien la había recibido; siento retirarme sin haber consolidado las instituciones que ella había creído propias del país y que había jurado defender; pero al menos tengo el consuelo de dejar a Chile independiente de toda dominación extranjera, respetado en el exterior y cubierto de gloria por sus hechos de armas.
Doy gracias a la divina providencia que me ha elegido instrumento para tales bienes, y que me ha concedido la fortaleza de ánimo necesaria para resistir el inmenso peso que sobre mi han hecho gravitar las azarosas circunstancias en que he ejercido el mando.
Pido muy de veras al cielo proteja del mismo modo a los que deben sucederme.
Señores, al presente soy un simple particular. Mientras he estado investido de la primera dignidad de la república, el respeto, sino mi persona, al menos a ese alto empleo, debía haber impuesto silencio a vuestras quejas. Ahora podéis hablar sin conveniencia. Que se presenten mis acusadores. Quiero conocer los males que he causado, las lágrimas que he hecho derramar. Salid y acusadme. Si las desgracias que me echáis en rostro han sido, no el efecto preciso de la época del poder sino del desahogo de malas pasiones, esas desgracias no pueden purgarse sino con mi sangre. Tomad de mi la venganza que queráis, que yo no os opondré resistencia. ¡Aquí está mi pecho!".